La confesión evangélica no es una religión nueva, exportada de fuera, sino que tiene profundas raíces históricas en nuestra querida Extremadura, tierra de conquistadores.

Fue en tierras extremeñas, en los albores del siglo XVI, donde nacieron Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, los traductores de la primera biblia traducida directamente y en forma completa de los idiomas originales al castellano, cuya traducción constituye en la actualidad el libro más leído en lengua castellana. 

Fue también por tierras extremeñas cuando, en 1805, el colportor George Borrow entró en España por la ciudad de Badajoz, para comenzar un trabajo de difusión de las Sagradas Escrituras en nuestro país, traducidas dos siglos antes por estos ilustres extremeños, comenzando así la semilla de lo que es hoy la Sociedad Bíblica de España.

Fue en esta tierra donde se asentaron prósperas comunidades evangélicas a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, que cambiaron la fisonomía y el atraso de pequeños pueblos, donde se levantaron escuelas, orfanatos y cooperativas, como el pueblo de Ibahernando en la provincia de Cáceres.

Hoy, las iglesias evangélicas son reconocidas por su trabajo social en distintas áreas y por el desarrollo de una tarea integradora con la población inmigrante que ha llegado a nuestra comunidad autónoma en los últimos años.

Hoy se levantan en Extremadura un buen número de iglesias evangélicas agrupadas en el CEEX, que basadas en los principios de la Biblia, están llenas de iniciativas y proyectos que se enfocan a afrontar las necesidades de la población extremeña del siglo XXI.

Somos cristianos evangélicos extremeños trabajando en servicio de Extremadura.